Por último tenemos el Temor de Dios, que no es tenerle miedo a Altísimo sino tener miedo de perder a Jehová. Es el temor de desarrollar malas acciones porque sabemos que desagradamos a Jehová. Este don actúa en nosotros para ayudarnos a respetar a Jehová a amarlo y a no traicionarlo con el pecado.Para orar efectivamente por otras personas, es